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Wofür ist es gut, Deutsch zu lernen?


A veces uno tiene un sueño y hay un camino claro para seguirlo. A veces hay que darle vueltas al camino para poder alcanzarlo. Durante el mundial de fútbol de Italia 90 supe que mi nombre es alemán (aunque está escrito con mala ortografía) y a mis cinco años decidí que esa era una buena razón para algún día vivir en Alemania. Que la entonces República Federal Alemana (Deutschland BRD, aparecía en el álbum Panini) quedara campeona ese año reforzó mi idea. El camino que me trajo 24 años después a celebrar en Berlín, frente a la Puerta de Brandeburgo, el siguiente título mundial de Alemania fue todo menos directo.

Teniendo claro que quería vivir en Alemania. Sabía que debía aprender alemán. Habiendo estudiado durante los 90 en un colegio oficial de una ciudad pequeña en Colombia, las opciones de aprender este idioma antes de ir a la universidad fueron prácticamente nulas. Durante mis años como estudiante de pregrado intenté aprender por mi cuenta usando cursos gratuitos en internet, pero yo disto de tener la combinación de disciplina y habilidad necesarias para que esta idea hubiera sido exitosa. Al momento de graduarme busqué las alternativas posibles para iniciar estudios de posgrado en Alemania sin necesidad de endeudarme, las cuales resultaron pocas en ese momento para una persona sin conocimientos del idioma.

Aplazando el sueño unos años más, acabé doctorándome en los Estados Unidos. Este desvío parecía alejarme completamente de la meta que me había trazado, pero al contrario, fue el que me llevó finalmente a alcanzarla. Gracias a un contacto con un conocido de mi tutor doctoral, conseguí un empleo como investigador en la Universidad de Rostock. Entre la finalización del doctorado y el momento de venirme para Alemania pasaron apenas unos 15 meses en los que, por diversas razones, tan solo alcancé a finalizar un curso básico de alemán que no alcanzaba a cubrir todo el nivel A1 del MCER. Así, el 27 de diciembre de 2013 llegué a Alemania, a empezar a trabajar y a aprender de verdad el idioma.

Llegar a un país nuevo, con una cultura diferente, sin hablar el idioma es una situación complicada. Pero es al mismo tiempo una oportunidad de probar de qué se es capaz. En Rostock, por tratarse de una ciudad de la antigua República Democrática Alemana, el idioma es obligatorio en las escuelas y colegios. Hasta hace no más de 20 años era el ruso y por eso hay muchas personas, por fuera de los estudiantes y profesores de la universidad, que no hablan inglés. Así que si yo quería tener una vida por fuera del trabajo, era completamente necesario aprender alemán, porque las oportunidades estaban ahí. Entre los cursos en la escuela comunitaria (Volkshochschule), los cafés después del almuerzo con mis colegas del Instituto de Automatización, y los entrenamientos del club de karate, poco a poco fui aprendiendo. No ha sido una tarea fácil, pero sin duda alguna ha sido muy entretenida. El simple intento de hablar alemán, la búsqueda de espacios para practicar me ha ayudado a hacer buenos amigos, cosa particularmente difícil por la idiosincrasia alemana (Los alemanes son personas muy amables pero un tanto distantes).

Rudy y su novia tomando café y conversando con una señora alemana muy amable en Dresde.

Rudy y su novia tomando café y conversando con una señora alemana muy amable en Dresde.

Tras 20 meses en Rostock, llegó el momento en que los fondos del proyecto se acabaron y me tocó buscar otro empleo. Búsquedas de vacantes, correos electrónicos indagando, cartas de presentación, hojas de vida, entrevistas telefónicas, la utilidad del idioma se hizo pertinente en ese momento. Hoy estoy ejerciendo profesionalmente en una empresa de la industria aeronáutica (otro de mis sueños de infancia) y en el largo plazo contemplo la posibilidad de una carrera académica. Aún me falta mucho alemán por aprender para lograrlo, pero son tantas las oportunidades que el país ofrece, sin duda alguna el esfuerzo vale la pena.

Aunque he podido aprovechar muchas de las oportunidades que Alemania ofrece, creo que mi adaptación al país habría sido (aún) más fácil si estando en Colombia hubiera aprendido alemán. Yo llegué prácticamente con un conocimiento nulo y tuve que invertir tiempo aprendiendo el idioma, cosa que me distrajo un poco de mis planes académicos y profesionales principales. Quién tenga la oportunidad de hacerlo no debería desaprovecharla.

Colofón: Mi novia llegó a Alemania desde Colombia unos meses antes que yo, en octubre de 2013. Ella es médica y sí tomó varios cursos de alemán antes de viajar. Acá en poco menos de un año alcanzó el nivel de idioma (B2 general y C1 específico) requerido para poder solicitar el permiso temporal de trabajo y algunos meses después consiguió su primer empleo como residente de medicina interna. Ya va en su segundo año de residencia y tiene la aprobación para ejercer medicina en toda la república. Quiso escribir una entrada como esta, pero gracias a haber aprendido alemán, el trabajo le deja muy poco tiempo libre 😝

Rudy Cepeda Gomez, Ph.D.

Systems Engineer

a+i Engineering GmbH

Berlin, Deutschland

rudycepeda@gmail.com

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